lunes, 17 de febrero de 2020

Dobles y políticos


La política saca lo mejor y lo peor del ser humano. Vista desde fuera, parece un laboratorio en el que un demiurgo –las grandes corporaciones, un consejo de expresidentes mundiales, alguna inteligencia cósmica- moviese los hilos, porque en cuanto las personas se enredan en ella pierden la voluntad, olvidan su origen y la forma de pensar y la capacidad de tomar sus propias decisiones. Los matrimonios se deshacen, se alternan las parejas de hecho y las alianzas, pero hay algo que no cambia: la lógica del poder. Es la única regla válida para explicar lo que pasa. Que en Granada siga Luis Salvador como alcalde con el apoyo del PP, aunque su candidato a las últimas elecciones municipales, Sebastián Pérez, haya dejado la presidencia del partido y la aspiración a alternarse en la alcaldía, pero no su acta de concejal. O en el Gobierno de España, la deriva errática de Pedro Sánchez respecto a Podemos y al PP, a cuyo presidente, Pablo Casado, ha invitado al Palacio de la Moncloa, aunque hubiera dicho antes que con él no iba ni a tomar un café. Pero claro, lo mismo había dicho de Pablo Iglesias, y ahí lo tenemos como vicepresidente del Gobierno, estratega imprescindible para las negociaciones nacionales e internacionales, ya sea con los sindicatos, ERC o la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela. ¿Cómo dormirán las parejas de Pedro Sánchez o de cualquiera de estos políticos veletas? Me las imagino aterrorizadas por las mañanas, pensando: “¿Cómo se levantará hoy?”; o “¿quién será hoy?” Y es que ya escribió Stevenson que el ser humano no era uno ni dos –con Jekyll y Hyde todavía nos apañábamos-, sino una multiplicidad de seres heterogéneos, por lo que resulta admirable que nuestras sociedades existan, que los diputados y senadores sigan acudiendo al Parlamento, que nos levantemos todos los días para trabajar como si nada. ¿Dedicar todas las fuerzas a la causa propia es lo mismo que hacerlo para el progreso de la comunidad? Escribía Robert Musil que en una colectividad todo camino conduce a un buen fin, si no se reflexiona y titubea demasiado. La meta está puesta a breve distancia, pero asimismo la vida es breve y la felicidad no depende tanto de lo que se desea, sino de lo que se alcanza. También decía que de un conjunto de individuos limitados puede resultar una especie genial. Así que, a pesar de los trastornos multipolares, quizá podamos mantener la esperanza de que la mejor de las personalidades políticas se imponga a las demás.
IDEAL (La Cerradura), 16/02/2020

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