Las
contradicciones en la sobreinformación del coronavirus preocupan a la
población, que ya se ve encerrada en su casa, aislada y en cuarentena, con la
cara tapada con una mascarilla. Quizá tenga algo que ver el cómputo exacto y en
tiempo real del número de contagiados, fallecidos y recuperados. ¿Sensacionalismo?
¿Morbo? ¿Información de interés público? La única persona sensata en España en
estos momentos parece Fernando Simón, de quien resultan admirables la inteligencia,
la responsabilidad y la calma con las que informa diariamente de la evolución
de la epidemia en España y de las medidas que están tomando las autoridades
sanitarias. Es la prueba de que en la Administración hay técnicos excelentes
que mantienen el funcionamiento de las instituciones a pesar del Gobierno y de
los partidos. Ojalá estuvieran al frente del poder ejecutivo. Porque las
iniciativas que toman los políticos son siempre discutibles. En Italia han
cerrado universidades y centros educativos, pero esos mismos niños juegan y
quizá se contagien en los parques infantiles, adonde los llevan los padres a
falta de patios de colegio. La diferencia entre percepciones erróneas,
alucinaciones y pesadillas no siempre está clara, y teniendo en cuenta que
probablemente gran parte de la población acabe contagiada, no sé hasta qué
punto serán eficaces las prevenciones excesivas. La gente compra mascarillas
para no caer enfermos, cuando son los enfermos quienes tendrían que ponérselas;
deja de estrecharse las manos y lleva en el bolsillo un bote de alcohol
desinfectante como Sheldon Lee Cooper, el joven científico que nos hacía reír
con sus manías y paranoias en The Big Bang Theory. Lo que hace ver el
telediario. No hay otra noticia para abrir los informativos. Pero dentro de poco
será sustituida por un símbolo hipnótico que haga desaparecer la conciencia
colectiva. ¿Se piensa en otra cosa? Las personas pasamos la mayor parte del
tiempo analizando peligros reales e imaginarios mientras se nos escapa nuestra
vida. Y quizá no seamos más que un punto de vista, una mirada individual sobre
el mundo en un momento concreto. Antes, habría que apartar todos los
resplandores que nos ciegan. Políticos, médicos y periodistas parecen estos
días los administradores del Más Allá, convirtiendo casas, oficinas y
hospitales en puertas giratorias. ¿Hacia dónde se decantará la moneda? El
Granada CF estuvo durante muchos minutos el pasado jueves clasificado para la
final de la Copa del Rey, que disputarán el Athletic de Bilbao y la Real
Sociedad. ¡Otra vez será! Como escribía Julio Ramón Ribeyro, todo tiene
importancia, nada tiene importancia, aquí, ahora.
IDEAL (La Cerradura), 8/03/2020
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