La
información sobre las vacunas tiene a la gente en ascuas. ¿Cuándo me tocará? Y
si me toca, ¿me vacunaré? ¿Me dará un trombo? ¿Tiene carga transgénica?
¿Terminaré convirtiéndome en un murciélago? ¿En Batman? Hay quien piensa que su
ADN cambiará, y quien prefiere no pensar nada. Pero el caso es que hay una
carrera para vacunar a la población y darle un pasaporte para que circule
libremente, para que viaje y gaste si puede y se recupere la maltrecha economía
de los países europeos, poco espabilados para conseguir el maná antivírico, que
puede ser inglés o ruso. No se entiende que se vacune a los profesores de
primaria y bachillerato y a los universitarios no, o que cada comunidad
autónoma tome medidas por su cuenta, pero si atendemos a Pedro Sánchez dentro
de poco viviremos en el país de las maravillas. Lloverán las vacunas y las
inversiones, y España volverá a ser un imperio donde nunca se pone el sol. No
terminamos de creérnoslo, no, sobre todo viendo el nivel de la contienda
política. Los partidos luchan por los reinos de taifas, y si han convertido
Madrid en un campo de batalla, lo de Granada se parece más bien a una olimpiada
matemática. ¿Dos más dos son cuatro? Pues según quién haga las cuentas. Ante la
Covid-19, como ante nuestra clase política, la población se mueve entre el
pasotismo y el pánico. Hay quien sufre cuando tiene que ir a trabajar y quien
está deseando salir de casa. Pero el recuento de contagiados y las medidas administrativas
nos confunden. ¿Está usted abierto o cerrado? ¿Consigue conciliar el sueño
perimetral? Los encierros conllevan estrés y aburrimiento, y hay gente que se
está volviendo adicta al miedo. ¿Qué nos anunciarán esta semana? La vacuna es
una armadura necesaria en tiempos pandémicos, y quizá terminemos riéndonos de
nuestros temores cuando tengamos que ponérnosla todos los años. Varicela,
sarampión, gripe… ¿Covid-19? Se ve que vamos perdiendo la gracia del lenguaje,
o quizá es que nos gustan más los tecnicismos. El bicho, dicen, el p… virus, la
peste negra, la muerte roja. En las fiestas de los pisos hay siempre ahora un
invitado no deseado, que no es la policía. Por eso, la Organización Mundial de
la Salud advierte de que la humanidad está en el punto más alto de contagios,
pero el CEO de Pfizer asegura que todo habrá acabado este otoño. ¿Está usted
preocupado? ¡No pasa nada! Hay que vacunarse e inmunizarse. Por suerte, la
Covid-19 tiene cura. La negligencia política parece que no.
IDEAL (La Cerradura), 18/04/2021
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