Suena muy bien el proyecto de la Gran Granada, casi tanto como el
título que inventó Justo Navarro para la novela del comisario Polo, retrato
negro, histórico y social de nuestra ciudad, y que sirve lo mismo para una
campaña electoral que para una nueva área metropolitana. La idea de fundir hasta
cuarenta y cuatro municipios para crear la sexta ciudad de España es muy
atractivo, aunque sólo sirviera para ahorrar en cargos públicos, potenciar
nuestras infraestructuras y evitar el ninguneo político al que parece haberse
acostumbrado la capital nazarí. Resultaría lógico poder coger un autobús o un
taxi para ir del centro a tu casa en Alfacar, Otura o Vegas del Genil, teniendo
en cuenta la población creciente del área metropolitana, no digamos para ir al
aeropuerto, sin diferenciar entre líneas o licencias urbanas o metropolitanas. Según
explican los representantes de la plataforma (www.lagrangranada.org), habría un
alcalde en vez de cuarenta y cuatro, treinta concejales y no quinientos
cincuenta y siete, ahorrando además en cientos de cargos de libre designación y
puestos intermedios. Se ampliarían los distritos actuales de Granada a los del
resto de municipios, que mantendrían las oficinas municipales para la atención
ciudadana y alcaldes de distrito. ¿Apoyarán la idea los partidos políticos que
suelen hacer de cada comunidad autónoma, cada provincia, cada ciudad y cada
pueblo un reino de Taifas? Según donde uno mire, España sigue siendo un país
medieval, donde abundan los reyezuelos y los caciques, aunque ahora solapen sus
apellidos con las siglas de un partido político. Por otra parte, hay más
patriotas de pueblo de los que se pueda imaginar, capaces de declamar a los
cuatro vientos las características singularísimas no sólo de su localidad, sino
de su barrio, que en nada se parecen a las del vecino, aunque éste sólo viva a
unos cientos de metros de distancia. ¿Y la comodidad de poder cantarle las
cuarenta al concejal o a la alcaldesa recurriendo a la aplicación del móvil? Pero
un municipio de 558.083 habitantes y 1.621 kilómetros cuadrados de extensión
destacaría en el mapa nacional y multiplicaría la fuerza de cualquier demanda,
por mucho amor que les tenga la gente a los nombres y apellidos del terruño. El
título de la Gran Granada nos vale para una ciudad, una comarca, una autonomía,
un imperio; para una novela y una banda de rock, los nuevos 091, que cantarán
las miserias y la grandeza de esta tierra. La Gran Granada debe ser más que un
eslogan, una quimera, un sueño.
IDEAL (La Cerradura), 5/02/2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario