lunes, 1 de mayo de 2023

Privilegios

No sé si tiene sentido que en un Estado laico la Iglesia católica y demás confesiones religiosas disfruten de exenciones en el pago de impuestos, ni que sigan en vigor los Acuerdos negociados en Roma y aprobados por las Cortes en 1979. Tampoco que haya profesores de moral católica y capellanes en cárceles, cementerios, universidades y hospitales pagados por el Estado. Y quizá no habría que celebrar el día de la Cruz o la Semana Santa, aunque luego agradezcamos disponer de unos días de descanso lo más alejados posible de sevillanas y procesiones. “¡Huyamos!”, habrá exclamado mucha gente este fin de semana, mientras que otra se disponía a sacar del armario los trajes de gitana y el sombrero cordobés. No ganamos para tanta fiesta en un país presuntamente asolado por la crisis económica, pero donde no dejamos de celebrar eventos gastronómicos y culinarios y el mayor mérito consiste en obtener una estrella Michelín. No se la darán sin embargo a los seis restaurantes chinos y cuatro “shawarmas” que han cerrado en el centro de Granada, donde la policía ha encontrado kilos de comida caducada o “animales en salmuera que no reconocían los veterinarios municipales”, según informaba Sergio González Hueso en Ideal, lo cual nos acerca más al género distópico de Pesadilla en la Cocina, donde aparecen cocineros educados en el Mein Kampf. Pero también ocurre en restaurantes españoles de comida tradicional, donde la presión por ofrecer una tapa con la consumición choca con la de cuadrar las cuentas. La verdadera religión española parece ser la hostelería, por lo que también habría que aplicarles a bares y restaurantes la exención del IBI. Hay quien no va a misa los domingos, pero no perdona acudir al bar del barrio todos los días, cuya barra suele convertirse en un confesionario y donde algunos camareros practican desde el perdón de los pecados hasta la extremaunción con los clientes más pesados, esos que no se van ni aunque rocíes la barra no con agua consagrada, sino hirviendo. “¡Se puso a gritar como la niña del Exorcista!” Pero ¿quién acumula más patrimonio inmobiliario? No se entiende la preocupación por aprobar una nueva ley de la vivienda y al mismo tiempo la de prolongar los privilegios de quienes tienen el interés en el otro mundo pero las posesiones en éste. Tal vez sean buenos los duelos con pan, como aseguraba Sancho, aunque no todo consista en llenarse la panza. Siguiendo con los refranes, el Gobierno con el IBI y todas las iglesias se ha topado.

IDEAL (La Cerradura), 30/04/2023

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