Ha tenido que ser un jugador de fútbol quien diga que España es un
país racista para que todos los portavoces políticos se pronuncien sobre el
tema. Concretamente ha sido Vinicius, que hoy es el delantero estrella del Real
Madrid, y que sin embargo ha sufrido menosprecios en los campos de fútbol y en
la prensa deportiva desde que el equipo que preside Florentino Pérez lo fichara
cuando el jugador apenas tenía dieciocho años. Al presidente se le valoró desde
el principio su ojo clínico para fichar a jóvenes talentos, pero Vinicius sufrió
lo que muchos inmigrantes cuando llegan a España jueguen o no al fútbol. Los
racistas en cuestión se han apresurado a destacar el contexto deportivo, donde
al parecer es común que te llamen mono, negro o indio si no te han dado antes
un buen par de patadas o te han roto el tobillo o la espinilla. Pero si uno se
fija un poco se dará cuenta de que a muchos inmigrantes se les trata con la
punta del pie fuera de los terrenos de juego, en el colegio o cuando se suben a
un autobús, no digamos cuando piden trabajo, pues siempre habrá quien les mire
de arriba abajo o de abajo arriba o detrás de sus cabezas o incluso les
pregunten por qué se han venido de su país, esas gilipolleces que en España se
escuchan todavía en algunos mítines electorales, precisamente de los partidos
que se apresuran a negar que España sea un país racista. Menos mal que las
elecciones se celebran hoy. España es un país racista y machista. Nos viene de
nuestra deseducación, aunque ahora nos pese. Pero se nos nota, sobre todo a los
que sólo se lavaron la cara con la transición democrática. Y basta con que un
español salga a Europa para que se sienta un poco raro, tal vez como los
trabajadores o inmigrantes que acuden a nuestro país y que durante meses sufren
una especie de trance, la displicencia con que les tratan los herederos de ese
imperio donde no se ponía el sol, como cantaban Los Nikis. Este sería un buen
cántico para los hinchas de los campos de fútbol, “El imperio contraataca”, con
lo que quizá habría un poco de humor en las canchas de un juego que hay quien
se toma tan en serio para tener que insultar al contrario. Mientras tanto,
Vinicius, ojalá te sigas hinchando de regatear y marcar. Tu denuncia del
racismo ha sido un gol por toda la escuadra.
IDEAL (La Cerradura), 28/05/2023
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