lunes, 31 de marzo de 2025

El kit

No sé si en el kit de supervivencia que la Unión Europea recomienda guardar en casa habrá algún remedio para los ilusos y los ilusionistas. Los primeros niegan la realidad y entonan un loable no a la guerra como si esa proclamación pudiera librarles de una catástrofe que no sólo priva del derecho a la vida, sino del derecho a no matar, como bien saben quienes obligatoriamente son llamados a filas en los países que no tienen más remedio que defender sus fronteras. Los segundos –con perdón para los ilusionistas de verdad, magos y otras artísticas especies- no la niegan, pero la falsean, diciendo que España cumplirá con el compromiso de rearme europeo sin recortar en gastos sociales. Pues habrá que recortar de algún sitio o subir los impuestos, aunque se nos niegue la posibilidad de saber de dónde provienen los ingresos y a qué se destina el gasto público, ya que no se aprueba en el Parlamento la ley de presupuestos. No me extraña que la población esté preocupada. Nuestros dirigentes, que parecen incapaces de llegar a ningún acuerdo en materias tan importantes como la seguridad nacional e incumplen sistemáticamente las normas del Estado democrático, son los que tienen que defendernos de dictadores como Vladímir Putin o Donald Trump, que precisamente desprecian a la Unión Europea por defender los derechos humanos y a las minorías, la cultura y el Estado social. Pero ser europeo requiere asumir los compromisos de la UE y no escurrir el bulto. Después de la pandemia, los fondos Next Generation llegaron como un maná y nos hemos acostumbrado a que Bruselas pague las facturas para continuar con el clientelismo político, que es el verdadero lastre de la economía española. Y sonroja oír que en España no hay una cultura bélica. Venimos de una guerra civil (que no fue la primera) cuyos ecos todavía resuenan en el Congreso de los Diputados gracias al postureo de los dos grandes partidos, PSOE y PP, que con sus actuales líderes no entienden de consensos. Y mientras nuestros políticos sigan derivando la responsabilidad, otros tomarán las decisiones. ¿Será a eso a lo que se refiere Pedro Sánchez, cuando habla de ceder soberanía? No nos imaginamos a los rusos cruzando los Pirineos, pero no tienen que molestarse si pueden lanzar un ataque híbrido o un misil que quizá acertemos a derribar con unas cuantas pancartas y un paraguas. Y siempre podremos recurrir al kit, donde no será necesario incluir una radio analógica con la que seguir oyendo tanta patochada.

IDEAL (La Cerradura), 30/03/2025

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