Pues
estábamos discutiendo si España es un Estado plurinacional o no (el andaluz
Elías Bendodo ha querido reivindicar de nuevo el café para todos) y llega
Estados Unidos y reconoce 144 encuentros con ovnis entre 2004 y 2021. ¿What? “Los
avistamientos son frecuentes y continuos”, ha declarado en el Senado americano
el subdirector de la Inteligencia Naval, Scott W. Bray. Ya tenemos otro enemigo
para Putin. La que se va a liar. Pensábamos que no iba a haber más guerras en
el siglo XXI y ahora nos encaminamos a una batalla intergaláctica. Se van a
volver locos los frikis de La Guerra de las Galaxias y Star Trek. Los
alienígenas ya están frotándose las manos con los recursos de la Tierra. Mientras
aquí invertimos en bitcoins o en repúblicas independientes, ellos van planeando
el reparto del uranio, el agua y hasta de los seres vivos. “Tenemos que darnos
prisa”, se dicen en el planeta Q4, “antes de que se autodestruyan”. Por lo que
dejarán de esconderse para declarar sus intenciones dentro de poco. Aunque hay
otra posibilidad inquietante, apuntada ya por muchos autores de ciencia ficción:
los extraterrestres llevan años con nosotros. De hecho, nos acompañan desde el
principio, y sus orígenes pueden rastrearse en todas las antiguas civilizaciones.
Es más, si usted traza una línea planetaria desde su cocina (templo familiar de
cualquier casa) que abarque los grandes monumentos de la humanidad, desde las
pirámides a la catedral de Granada, descubrirá que en realidad está dibujando
una cara alienígena: nuestra propia fisonomía. “No hacemos conjeturas sobre su
origen”, ha dicho Bray. Ni falta que hace. Fíjese en los programas de los
partidos políticos para la campaña andaluza, por ejemplo. O en los pronósticos
optimistas sobre la evolución de los precios de la energía cuando usted se
acerca a la gasolinera y comprueba que el litro ya vale 2 euros. ¿Un ovni? O en
cómo hacemos honores al emir de Qatar para que nos venda el gas que no nos dará
Putin, que es como cambiar a un sátrapa por otro, pues nos da igual que ignoren
los derechos humanos. Espero que, huyendo de algunos terrícolas españoles, el
rey Felipe no tenga que exiliarse al país vecino de la residencia actual de su
padre, el rey emérito Juan Carlos. ¿Hay suficientes países árabes y productores
de petróleo para acoger a todos los presidentes o presidentas de nuestras
múltiples nacionalidades? Estamos deseando que vengan de verdad los extraterrestres.
Aunque sólo sea para que estos interesantes encuentros diplomáticos se
produzcan en la tercera fase.
IDEAL (La Cerradura), 22/05/2022
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