domingo, 3 de noviembre de 2013

Árboles

El corazón del Ecuador puede ser el claro de un bosque amazónico. Tiene la forma del país, y nos hace pensar que quizá se encuentre donde parece no haber nada, pues lo más esencial no es siempre lo evidente. O quizá sea ese estanque en el centro de una arboleda que nos permite mirar el cielo, o ese árbol solitario que evoca nuestro yo interior. Lo piensa el espectador de los cuadros de Servio Zapata (Zaruma, 1969), que estos días podemos ver en la galería Todo Arte, que, con Mirko Rodic a la cabeza, celebra su veinte aniversario con esta exposición titulada Islas. Servio Zapata se inspira en poetas como Ángel González, Joaquín Sabina o Siomara España para titular sus obras, pero su simbología la encontramos en los motivos, que son siempre árboles, pero nunca los mismos, ya que son seres multiformes, seres humanos más que seres vivos. En Aislados, Árbol genealógico o Conquista, uno cree vislumbrar el origen y el sentido de la humanidad, pero también hay lugar para el amor y la meditación en el Nacimiento de Venus o en Preámbulo a un silencio, pues los cuadros de esta exposición, aun manifestando un expresionismo militante, no dejan de ser paisajes interiores. Y, como el autor, uno termina preguntándose si la simbología o el significado de una obra nacen con las primeras pinceladas del artista, crecen después de horas de trabajo y soledad y acaso sólo terminen de completarse bajo la mirada fascinada del espectador.


El Telégrafo (Zoom del Ecuador), 2/11/2013

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