Probablemente sea Montañita la población de Ecuador con más bares por
kilómetro cuadrado. De hecho, esos bares están concentrados en un solo
kilómetro donde también existe una concentración de jóvenes con ganas de juerga
digna de un continente, pero que únicamente ocupan una pequeña ensenada
protegida por cerros. Los hay ecuatorianos, chilenos, argentinos, colombianos,
norteamericanos, españoles y, sobre todo, de esa otra nacionalidad indefinida
donde se peinan con rastas, no suelen lavarse y fuman hachís y beben durante
todo el día plantados en cualquier trozo de tierra. Ésa es la fauna que más
abunda, y ha convertido un paraíso de la ecología y el surf en una taberna
gigante donde vegetar al sol. Así parecen entenderlo también sus habitantes,
cuyos negocios están enfocados en la misma dirección: restaurantes y pubs,
fundamentalmente, junto con algunas tiendas de ropa y de recuerdos. Y en el
recuerdo queda su pasado pesquero y agrícola y una relación más armónica con la
naturaleza. Pero ¿cómo prescindir de esos negocios en los que se gana más
dinero y con mayor facilidad? Hubo un tiempo en que Montañita fue un modelo de
convivencia, con una comuna abierta y dispuesta a enseñar una forma de vida más
tranquila y amable. Y quizá podamos recuperar las formas de vida comunitarias y
ancestrales que nos conectan con el Buen Vivir del Ecuador.
El Telégrafo (Zoom del Ecuador), 1/02/2014
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