lunes, 27 de mayo de 2024

Ring

Lo de Pedro Sánchez y Javier Milei resultaría cómico en otras circunstancias, pero es un síntoma de la antipolítica que se nos impone, donde lo caricaturesco se convierte en grotesco. Preocupados por el “trending topic”, a nuestros líderes parecen gustarles las salidas de tono, insultar al contrario, directamente o utilizando el cuerpo diplomático, pues se trata de crear bandos. En este contexto de odio artificial y pensamiento menguante, los disidentes serán los ciudadanos que se atrevan a pensar por sí mismos, y que serán acusados de equidistancia por no enrolarse en ningún partido. Pero son los bandos los que causan los conflictos y las guerras, pues cuando las circunstancias son complejas los demagogos tienden a reducirlo todo a un “conmigo o contra mí”. De hecho, cansada del espectáculo, una parte de la sociedad ha decidido apartarse del juego político, y ni siquiera se molesta en ir a votar. Para reconducir la situación actual habría que empezar por el lenguaje. No se trata de prohibir la libertad de expresión, sino de suspender con nuestro voto a quien insulta o al que con su manera de actuar insulta la inteligencia de los ciudadanos. Las ideas de Javier Milei sobre acabar con las prestaciones sociales revelan un analfabetismo radical, y eso que se trata del presidente de un país, Argentina, que ha dado a dos de los escritores más influyentes de la literatura contemporánea, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar. Un país que ha acogido siempre con generosidad a los españoles, la misma con la que en España se ha acogido a los argentinos, pues son naciones hermanas, a pesar de sus dirigentes, situados a la izquierda y a la derecha de un ring que sólo está en su cabeza. Puestos a dar espectáculo, podrían subirse a un ring de verdad, con algunos de sus valedores en las esquinas. Óscar Puente por el lado español, y quizá quiera pasarse Santiago Abascal al lado argentino. Nada de hablar de la mujer de uno o de la afición a las drogas del otro. Mejor decirse a lo Mike Tyson: “Las personas que te cruces cuando subas a la cima te las puedes volver a cruzar cuando bajes al infierno”. Aunque me gusta más Muhammad Ali: “La pelea se gana o pierde muy lejos de los testigos, tras las líneas, en el gimnasio y en la carretera, antes de que baile bajo esas luces”. Aunque apuesto a que Pedro Sánchez y Javier Milei preferirían decirse: “Soy rápido, soy guapo, soy el mejor”. Qué gran ejemplo para ambos países.

IDEAL (La Cerradura), 26/05/2024

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