lunes, 30 de septiembre de 2024

Monopoly

Lo de la estación de tren en Granada es como una partida de Monopoly –la más larga que he visto- en la que el Ministerio de Transportes, el Ayuntamiento de Granada y los vecinos de los barrios de los Pajaritos, Rosaleda, la Chana y Bobadilla se ven forzados a reinventar una y otra vez el futuro de la ciudad. Lo curioso es que ese futuro va cambiando desde hace veinticinco años, como si cada curso asistiéramos a una nueva temporada de “Stranger things”. Vino Óscar Puente a desayunar con el periódico IDEAL bajo el brazo y revolucionó al personal, que ya ve pisos, un centro cultural y un parking en el suelo del ferrocarril. “Veo muertos”, decía el niño de la película “El sexto sentido”, que es lo que tienen algunos ministros, que ven lo que nadie ve. ¿Cuántos turnos pierde uno si cae en la casilla de Renfe? Lo que más me gusta es el “ánimo constructivo” con el que acudimos a las reuniones en el Ministerio de Transportes, que ha resultado ser el Ministerio de la Magia de Harry Potter. ¿Será otra de las virtudes de Óscar Puente? La gente andaba preocupada con figurar en su lista negra y lo que tenía era una libreta con proyectos para integrar el tren en Granada. Hasta la alcaldesa Marifrán Carazo se ha puesto contenta. “Es un proyecto para la ciudad y tiene que ser beneficioso para sus ciudadanos. Quiero agradecer la flexibilidad del ministro y su equipo”, ha dicho, y por un momento hemos soñado vivir en un país donde lo normal es la colaboración institucional. El caso es que el Monopoly tiene unas reglas que los jugadores terminan adaptando según les interesa. Normalmente, el que lleva la voz cantante es el que maneja la banca, que vende también las casas y los hoteles para cobrar peajes y que suele hacer trampas. ¡Qué casualidad que siempre tenga los billetes de 500 euros! La compañía dueña de la marca hace ediciones especiales del juego, y quizá podríamos aprovechar la inercia inversora para proponer un “Monopoly Granada City”, donde podría comprarse desde la estación de trenes hasta la Alhambra. De hecho, ya hay una edición del juego dedicada a Granada, aunque sin duda se ha quedado obsoleta. ¿Veremos culminado el proyecto realmente en 2031? Es la pregunta que se hacen melancólicamente algunos de nuestros abuelos, la misma que se hacían cuando todavía no tenían nietos. Pero no desesperemos. Quizá esta vez construyamos algo de verdad. Cojamos una carta de la suerte.

IDEAL (La Cerradura), 29/09/2024

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