lunes, 10 de marzo de 2025

Rojos y azules

La imagen de una estatua de Donald Trump como un nuevo becerro de oro simboliza el nuevo orden mundial que quieren imponernos, de extremos políticos, económicos y religiosos, y donde sólo son válidas las ideas de un grupo de iluminados. Todo lo contrario que una democracia, que parte del reconocimiento de no tener razón, porque la convivencia exige que nos pongamos de acuerdo con quienes defienden otras razones. Pero hemos perdido esta perspectiva, y los líderes que pretenden tener siempre razón sólo debilitan la democracia. En ese contexto, puestos a elegir, el votante se decanta por el más extremista, que a fin de cuentas nunca ha ocultado su cabezonería. Si prima el interés público y no el interés del partido, hay que llegar a acuerdos. A nivel estatal y a nivel local. En un contexto bélico y con una UE que llama a la unidad para sobrevivir, los grandes partidos políticos españoles no pueden estar enfrentados. Hay que trabajar en una misma política en defensa, en las relaciones internacionales, en la financiación autonómica, en el modelo de Estado. Los partidos no pueden actuar como si vivieran en países o ciudades diferentes. Si se aprueba una zona de bajas emisiones en Granada, por ejemplo, ¿no tendrán que ponerse de acuerdo todos los municipios del área metropolitana? Sin embargo, si uno se fija en los ayuntamientos que están a favor o se han opuesto, aparece un mapa de azules y rojos. ¿Nuestros ediles toman las decisiones según les dicta el partido? ¿Para qué necesitamos entonces corporaciones locales? Nos bastaría seguir con la cadena del ordeno y mando. Y para eso son más competentes los gestores y funcionarios. El pacifismo empieza en lo cotidiano, en la familia, en la empresa, en el ayuntamiento, en el Congreso de los Diputados. No harás política internacional si no eres capaz de negociar en la nacional o la local. Pero nuestros partidos están más preocupados por ridiculizar al contrario en las redes sociales. Como adolescentes, los equipos de marketing se dedican a producir vídeos penosos con inteligencia artificial. Esta semana ha sido el PP el que ha publicado un vídeo titulado “La isla de las corrupciones”, para denunciar supuestamente al Gobierno, en la misma semana en que se ha revelado el mayor pelotazo inmobiliario de la trama Gürtel. ¿Así van a atraer el voto de los jóvenes? Al parecer, en España también nos sobran los becerros. Entre tantos bulos, manipulaciones y mentiras, alguien debería preocuparse por la verdad. Una verdad compartida.

IDEAL (La Cerradura), 9/03/2025

lunes, 3 de marzo de 2025

Machotes

Desde que Donal Trump ganó las elecciones en USA y personajes como Elon Musk y Steve Bannon hacen el saludo fascista (que nunca ha sido romano), han vuelto los machotes. Siempre han estado ahí, pero ahora se quitan la máscara democrática. En las casas, en las empresas, en los bares, en la policía, en los ayuntamientos. “¿Quién manda ahora?”, parecen decir. “Si Trump hace lo que le da la gana en el mundo, yo puedo hacer también lo que quiera aquí”, que es cualquier sitio. Frente a tanto gallo dispuesto a enarbolar la motosierra, no ayuda la cultura del enfrentamiento fomentada por ciertos sectores de la derecha y la izquierda y del propio Gobierno de España, que traza líneas rojas y no parece tener en cuenta a los millones de ciudadanos que no le votaron en las últimas elecciones. Pedro Sánchez ha acusado a Alberto Núñez Feijóo de ser un “colaboracionista” de la extrema derecha mundial, a lo que el PP ha contestado que el presidente del Gobierno está vendido a Rusia. ¿Dónde está el sentido común? Así no vamos a ninguna parte. Sólo lograremos que aumenten las simpatías por la extrema derecha y dar crédito a ese discurso tan arraigado en parte de la población de que “sólo ellos se preocupan por los problemas de la gente”. Ya lo estamos viendo en Alemania, donde muchos votantes prefieren ser amnésicos y cometer viejos errores, los mismos que están cometiendo algunos países, empeñados en volver a 1938, la antesala de la Segunda Guerra Mundial. Es lo que solemos hacer en España, reviviendo conflictos más domésticos, pero igualmente sangrientos. Frente a esa actitud, hay que poner en valor la cultura del pacto, la colaboración institucional y entre los gobiernos locales, autonómicos y estatal. El Ayuntamiento de Granada no puede funcionar como un cortijo, donde según gobierne el PP o el PSOE se nombre a un jefe de la policía local u otro, lo que fomenta el enfrentamiento entre las facciones del cuerpo, el nepotismo y el amaño de oposiciones, como se ha revelado estos días. El enfrentamiento político llevado también a una organización que tiene encomendada la defensa y protección de los derechos y las libertades fundamentales de los ciudadanos, y que debería estar dirigida por una persona independiente, sin ninguna afinidad política o personal. En la calle se dice que la corrupción y el clientelismo han existido siempre, pero es fácil pasar de la resignación a la rabia y convertirte en un machote, ese miembro del sexo insignificante, al decir de Ambrose Bierce.

IDEAL (La Cerradura), 2/03/2025