domingo, 29 de marzo de 2015

La barba



En el siglo XXI, se lleva el hombre cavernícola: barbudo y desgreñado, como antes era lampiño, metrosexual o googlesexual, esos misterios de la moda. Lo peor es que hay quien se lo toma al pie de la letra, y su perfume embriagador delata que hace tiempo dejó de lavarse, además de esa barba descuidada y larga, a lo talibán, como la que luce Leonardo DiCaprio, que no debe conocer a un barbero como el de Ambrose Bierce: “Salvaje cuya laceración de nuestras mejillas pasa inadvertida ante el tormento superior de su conversación”. La gente se deja barba por vagancia y con la esperanza, quizá, de cambiar de cara. Porque debe ser terrible para un barbudo contemplar a diario la insolencia natural de nuestra caradura. Mariano Rajoy, por ejemplo, renunció hace muchos años a afeitarse. ¡Menudos sustos se llevaba! Desde entonces, utiliza las tijeras lo mismo para acicalarse un poco que para gobernar, y así vamos los españoles por la vida, de elecciones en elecciones. En Andalucía, sin ir más lejos, hay mucha gente a la que le sale barba de esperar a que el PSOE pierda unas. Susana Díaz, que no la lleva, pensó sin embargo en un viejo refrán para adelantar las elecciones: “Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”. Pero ahora se encuentra con que Podemos y Ciudadanos le exigen las cabezas –con o sin barba- de Chaves y Griñán para votarla o abstenerse en la investidura. Personalmente, me gusta más la interpretación que hizo el gran Forges del refrán a propósito del rescate de Chipre: “Cuando los ahorros de los chipriotas veas merkelear saca los tuyos del banco y ponlos bajo el sofá”. Pero se ve que los andaluces son mucho más conservadores de lo que parecen, y por eso siguen votando mayoritariamente al PSOE: no soportan los cambios. Creen que un nuevo presidente o una nueva presidenta pueden cambiar su trabajo, sus rutinas, sus costumbres, el sabor de la manzanilla y el taquito de jamón que se toman de aperitivo. Hasta a ser la región menos desarrollada de Europa se acostumbra uno si al día siguiente vuelve a salir el sol. Quizá Pablo Iglesias deba afeitarse o cortarse la coleta si no quiere que pase lo mismo en España. Aunque la versión del refrán que más me gusta es la argentina: “Cuando las barbas de tu vecino ardan, bueno sería dejar las tuyas en remojo”. Me han dicho que el alcalde de Granada va a dejarse barba.
IDEAL (La Cerradura), 29/03/2015

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