En los programas de televisión que estos días resumen
los acontecimientos más importantes del año, hay lugar para la crónica social,
la ciencia, el arte, la música, el cine y el humor, pero no abunda la crónica
política, que es como una parodia crónica o un musical humorístico, algo muy
alejado lamentablemente de la ciencia o el arte, pero que a veces se parece a
una película catastrófica. En la misma podrían sucederse los sketches
protagonizados por el dúo de ministros Wert y Montoro y sus frases ingeniosas,
o los correos electrónicos de Esperanza Aguirre, Ignacio González y el hijo de
Aznar al expresidente de Caja Madrid, o las declaraciones sucesivas de Artur
Mas sobre la Generalitat y el Estatut hasta llegar a la independencia. Quizá
nos salga más bien un programa delirante para fin de año. Pero si preferimos la
televisión autonómica podremos escuchar una y otra vez declaraciones
contradictorias a propósito de los ERE, y, como si asistiéramos a un truco de
magia o a una operación de sexo política, cómo el presidente de la Junta se ha
convertido en presidenta y todos aquellos que deberían haber asumido su
responsabilidad han sido sustituidos. Y si todavía tuviésemos un rato para la
programación local, asistiríamos a la repetición de las declaraciones del
alcalde de Granada sobre la oposición en el ayuntamiento o los nuevos proyectos
urbanísticos de la ciudad, ya afecten al transporte terrestre o al aéreo, a una
ciudad que sólo existe en su cabeza. Pero, como esta semana es Nochebuena,
vamos a dejar la programación de fin de año para imaginar una realidad
distinta. En cada sede local, provincial, autonómica y nacional se reúnen los
comités ejecutivos de cada partido para ver en qué pueden colaborar con la
oposición. Los ministros, con el presidente del Gobierno a la cabeza, estudian
cómo pueden utilizar su influencia para que la entidades bancarias vuelvan a
prestar dinero a las empresas y a las familias. Los presidentes de las
Comunidades Autónomas utilizan el Consejo de Política Fiscal y Financiera no
para obtener más recursos del Estado, sino para hacer efectivos los principios
de igualdad y solidaridad entre todos los españoles. Esta semana ha habido una
manifestación multitudinaria de políticos a las puertas del Congreso para
defender el Estado del Bienestar. Incluso el ministro Montoro se ha vestido de
Papá Noel para declarar solemnemente que va a bajar los impuestos. ¿Y qué decir
del ministro Wert? Con la voz de barítono que le caracteriza nos ha cantado
este villancico. Feliz Navidad.
IDEAL (La Cerradura), 22/12/2013
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