Los aviones no tripulados empiezan a ocupar nuestra imaginación, y no
sólo el espacio aéreo de la Tierra. Si hace unos meses las Fuerzas Armadas
Indias estuvieron a punto de bombardear el planeta Júpiter tras confundirlo con
un avión espía, ahora es la empresa Amazon la que planea que sus pedidos los
entreguen robots voladores de cuatro patas. Al parecer, estos artilugios han
sustituido a los agentes, y los servicios secretos ya no acuden a James Bond,
sino a aviones capaces de radiografiar continentes. Los ejércitos presumen de
contar en sus filas con estos soldados automáticos, lo que tampoco es de
extrañar si uno piensa en quienes dirigen los países, que también parecen
autómatas no tripulados. Lo comprobamos estos días en España con José Luis Rodríguez
Zapatero, que no sólo presume de ser indeciso y de carecer de iniciativa y de
voluntad política, sino que además nos lo explica en un libro que debe de tener
su alienado público, porque resulta que se lo han publicado. Pues no vamos a
estar rodeados de drones… Se mueven, hablan, presiden gobiernos… pero son
dirigidos con un mando a distancia. Me temo que lo mismo podemos decir de
Mariano Rajoy y de todos sus ministros, que hacen “lo que tienen que hacer”
como hacía Franco, que al menos confesaba gobernar “gracias al favor divino
repetidamente prodigado”. Pero, si ya no es el favor divino, ¿quién maneja
ahora los dichosos mandos? Las teorías van desde los Iluminati al Club
Bilderberg, pasando por Ángela Merkel. Se trata de gente que se levanta, desayuna
y no se pone a jugar con la consola, sino con un tablero mundial y un joystick
con el que dirigen unos cientos de drones. Y por eso vemos luego lo que vemos
en el telediario. Aunque si uno se fija bien, puede llegar a conclusiones más
terribles. Observen si no con detenimiento los ojos saltones de José Luis
Rodríguez Zapatero y sepárenlos de su imagen personal. Hagan luego lo mismo con
la boca de Mariano Rajoy y con el bigote de José María Aznar. Y ahora, si se
atreven, den el siguiente paso escalofriante: superpongan esos rasgos juntos en
la cara de Felipe González. ¡Ahhh! ¿Han sido capaces de soportar esa visión? ¿Y
cual era el resultado? ¡Un drone! Porque va a resultar que nadie ha gobernado
España en los últimos años. Ni en b ni en a. Y que los ciudadanos sólo hemos
votado a un puñado de drones. Vergüenza nos debería dar. Los drones no la
tienen.
IDEAL (La Cerradura), 8/12/2013
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