lunes, 21 de abril de 2025

Milagros

No sé si la religión es el opio del pueblo, pero el fútbol parece la religión de nuestros días, y mientras muchos devotos han rezado esta Semana Santa para que no lloviera y pudieran salir las procesiones, otros dedicaban sus plegarias a Santiago Bernabéu para que el Real Madrid remontara al Arsenal. No ocurrió así, lamentablemente, pero entonces pudimos comprobar lo que ya sospechábamos, que las posesiones diabólicas abundan entre los hinchas, y que los cuñados pueden llegar a echar espumarajos por la boca cuando marca el equipo contrario. ¡Posesión! Pero nadie puede remediarlo. Ni siquiera las Chías, la hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y del Descendimiento del Señor de Granada, gracias a la cual se ha librado de la cárcel un condenado por un delito contra la salud pública. La petición ha sido atendida por el Gobierno, como marca la tradición y una norma de 1870. ¿Cómo no ha caído en esto Pedro Sánchez para congraciarse con Carles Puigdemont? Según el texto del real decreto, el indulto queda condicionado a no delinquir dolosamente en un plazo de cuatro años, y hubiera resultado interesante ver a los amnistiados por el “procés” rezando al Cristo de los Favores, lo que hubiera resultado muy apropiado. Seis presos han sido indultados en Granada, Jaén, Málaga, León y Zaragoza, los cuales han tenido que exteriorizar su arrepentimiento humano y divino, vestirse de penitentes, cubrirse la cabeza de amarillo, sudar la gota gorda. Peccata minuta. La llamada ley de amnistía eliminó toda responsabilidad penal, administrativa y contable de las personas relacionadas con el proceso independentista catalán durante doce años, desde el 1 de noviembre de 2011 al 13 de noviembre de 2023. Y no han mostrado ninguna gratitud ni arrepentimiento. El Gobierno, sin embargo, ha denegado el indulto de un preso para la procesión de Jesús Cautivo de Oviedo. ¿Cómo vamos a comparar? Se trata de un debate falso, desde luego, como tantos que se producen en el ámbito de la política y la religión, esos temas de los que es preferible no discutir en la mesa, como tampoco de fútbol, sobre todo si pierde el Real Madrid, del que es hincha tu cuñado y puede transformarse en la niña de “El exorcista”. Son cosas inexplicables, que es la realidad cotidiana de España. Pues eso, que se acabaron las vacaciones. ¿Debatiremos ahora sobre la reducción de la jornada laboral o la necesidad de mejorar la productividad? Mañana es Lunes de Pascua, y alguno va a necesitar un milagro para ponerse a trabajar.

IDEAL (La Cerradura), 20/04/2025

lunes, 14 de abril de 2025

Aranceles

Lo más admirable de la guerra de aranceles planetaria es que todo el mundo viva pendiente de las decisiones de Donald Trump, un “imbécil”, “necio” y “matón de patio de colegio”, en palabras de Felipe González. Nadie, al parecer, ha pensado en la posibilidad de meterlo en un hospital psiquiátrico (privado, claro), un asilo o quizá en la cárcel, si tuviera que cumplir pena por los delitos por los que ya fue condenado, aunque absuelto luego por el voto de millones de ciudadanos estadounidenses, muchos de los cuales ya se habrán arrepentido de su decisión. Empezando por Elon Musk, que ha visto cómo sus empresas se desplomaban en la bolsa. Y va a tener que pensar dónde coloca sus vehículos Tesla a partir de ahora, pues el 65% los vendía en Europa y China, donde no están dispuestos “a besarle el culo” a su jefe. Y también tendrán que pensar a qué van a dedicarse compañías como Apple, que fabrica sus iPhone en China, y que, por el incremento de costes, debería venderlos a 3.500 dólares por unidad si empieza a fabricarlos en USA. Lo mismo ocurre con las zapatillas Nike, que lleva puestas medio planeta. Tampoco les ha hecho mucha gracia la fiebre arancelaria a Jamie Dimon, presidente de JPMorgan, el mayor banco de Estados Unidos, ni a los mercados de deuda pública, que le han hecho recular –nunca mejor dicho- en sus medidas a Donald Trump. Un personaje que dice al mismo tiempo que “hay que ser flexible” y que “mis políticas nunca cambiarán”, y es tan voluble que parece no existir, sino ser un robot creado para destruir el sueño americano, o un avatar diseñado por IA con todas las características de los villanos más disparatados de las películas de serie B hollywoodienses. Lo peor es que hay quien le ríe la gracia en España, lo que nos da una idea de lo que ocurriría si los partidos radicales llegan al poder. Y, sin embargo, el personaje real supera a los imaginados por cualquier guionista dedicado a la ciencia ficción, al terror, al drama o a la parodia. Porque entre arancel y arancel, a Donald Trump se le ha ocurrido aprobar también un decreto para “mantener una presión de agua aceptable en las duchas”, un problema en USA. “Quiero cuidar mi precioso pelo”, ha afirmado. No nos da tiempo para tanto disparate. Quizá en la democracia más antigua del mundo quieran recuperar la pena de decalvación para el que espero sea pronto el expresidente Donald Trump.

IDEAL (La Cerradura), 13/04/2025

lunes, 7 de abril de 2025

Universidades

Como no tenemos suficientes conflictos en el mundo, nuestra clase política los crea artificiosamente en torno a la universidad. Más que preocuparnos por la calidad de la educación, ya sea en instituciones públicas o privadas, creamos dos bandos para polarizar a la opinión pública. Durante el mandato de Juan Manuel Moreno se han creado cuatro universidades privadas en Andalucía, todo un récord que ha sido criticado por los rectores de las universidades públicas andaluzas, que han visto en peligro su financiación. El argumento de la Junta ha sido ampliar la oferta educativa para que los estudiantes andaluces que no pueden acceder a las plazas de las universidades públicas tengan que marcharse a otra comunidad. Pero es un argumento engañoso, pues podría invertirse mucho más en la universidad pública para aumentar el número de plazas. Y es compatible respetar la iniciativa privada con ser rigurosos en los requisitos exigidos para la creación de instituciones universitarias, como pretende el Gobierno de España, pues como ha señalado el rector de la UGR, Pedro Mercado, a las universidades públicas y privadas hay que aplicarles las mismas reglas. Lo importante es la calidad de la educación, que puede encontrarse en el sector público y en el privado. La diferencia estriba en que se trata de un servicio público esencial, por lo que lo lógico es que lo presten las administraciones públicas que tienen su competencia, como es la Comunidad Autónoma Andaluza. ¿Procuramos la prestación de un servicio mejor si autorizamos la creación de centros privados? No necesariamente. Pero sale más barato, pues no tenemos que invertir ni en infraestructuras ni en nóminas y, por supuesto, en el pago de la matrícula, del que ya se harán cargo mamá y papá, que quizá anden desesperados porque sus hijos obtengan un título universitario que resulte útil en la actualidad, como experto en drones. Ese es el debate, si realmente creemos en la educación pública. ¿Es lo que les preocupa al Gobierno de España o al de la Junta de Andalucía? Curiosamente, Pedro Sánchez y Juan Manuel Moreno tienen en común haber obtenido sus títulos en la rama de las ciencias económicas y empresariales en universidades privadas, lo que no sé si habrá influido en sus ideas políticas. Sin embargo, la actual ministra de Hacienda y próxima candidata a la Junta, María Jesús Montero, es licenciada por la pública en Medicina y Cirugía. Uno se queda perplejo. Quizá por eso escribiera Ambrose Bierce que la educación es lo que revela al sabio y oculta al necio su falta de entendimiento.

IDEAL (La Cerradura), 6/04/2025

lunes, 31 de marzo de 2025

El kit

No sé si en el kit de supervivencia que la Unión Europea recomienda guardar en casa habrá algún remedio para los ilusos y los ilusionistas. Los primeros niegan la realidad y entonan un loable no a la guerra como si esa proclamación pudiera librarles de una catástrofe que no sólo priva del derecho a la vida, sino del derecho a no matar, como bien saben quienes obligatoriamente son llamados a filas en los países que no tienen más remedio que defender sus fronteras. Los segundos –con perdón para los ilusionistas de verdad, magos y otras artísticas especies- no la niegan, pero la falsean, diciendo que España cumplirá con el compromiso de rearme europeo sin recortar en gastos sociales. Pues habrá que recortar de algún sitio o subir los impuestos, aunque se nos niegue la posibilidad de saber de dónde provienen los ingresos y a qué se destina el gasto público, ya que no se aprueba en el Parlamento la ley de presupuestos. No me extraña que la población esté preocupada. Nuestros dirigentes, que parecen incapaces de llegar a ningún acuerdo en materias tan importantes como la seguridad nacional e incumplen sistemáticamente las normas del Estado democrático, son los que tienen que defendernos de dictadores como Vladímir Putin o Donald Trump, que precisamente desprecian a la Unión Europea por defender los derechos humanos y a las minorías, la cultura y el Estado social. Pero ser europeo requiere asumir los compromisos de la UE y no escurrir el bulto. Después de la pandemia, los fondos Next Generation llegaron como un maná y nos hemos acostumbrado a que Bruselas pague las facturas para continuar con el clientelismo político, que es el verdadero lastre de la economía española. Y sonroja oír que en España no hay una cultura bélica. Venimos de una guerra civil (que no fue la primera) cuyos ecos todavía resuenan en el Congreso de los Diputados gracias al postureo de los dos grandes partidos, PSOE y PP, que con sus actuales líderes no entienden de consensos. Y mientras nuestros políticos sigan derivando la responsabilidad, otros tomarán las decisiones. ¿Será a eso a lo que se refiere Pedro Sánchez, cuando habla de ceder soberanía? No nos imaginamos a los rusos cruzando los Pirineos, pero no tienen que molestarse si pueden lanzar un ataque híbrido o un misil que quizá acertemos a derribar con unas cuantas pancartas y un paraguas. Y siempre podremos recurrir al kit, donde no será necesario incluir una radio analógica con la que seguir oyendo tanta patochada.

IDEAL (La Cerradura), 30/03/2025

lunes, 24 de marzo de 2025

Violencias

Últimamente abundan las noticias de sucesos: agresiones en hospitales, explosiones, atracos, tiroteos, ajustes de cuentas, aparición de cadáveres. Quizá es que ahora les prestamos más atención que antes, pero la población parece contaminarse del ambiente bélico que preside los informativos y las redes sociales. Nos basta una provocación para que saquemos la violencia que llevamos dentro, sin necesidad de tener que cumplir nuestros sueños de Madelman y alistarnos como voluntarios para luchar en el frente de Rusia, como hicieron algunos de nuestros abuelos. Como siempre, hay quien aprovecha para sacar sus propios miedos y culpar a la inmigración, porque ciertamente la sociedad española está cambiando. Dentro de poco, buena parte de la población no habrá nacido en España. Pero esto es bueno, pues mitiga el envejecimiento y la escasez de mano de obra, y es una de las razones que explican el buen funcionamiento de la economía española. Sólo en los últimos años se han asentado en España más de cuatro millones de personas procedentes de países latinoamericanos. La facilidad para obtener la nacionalidad (sólo se les exige la residencia durante dos años) explica este fenómeno migratorio, y que muchos de ellos sean descendientes de exiliados españoles. Nuestros abuelos murieron en distintas partes del mundo, y quizá en el fondo guardaban las mismas razones. Y qué triste resulta comprobar años después lo poco que nos ha servido su ejemplo, porque seguimos alentando el odio al extraño. Lo vemos en el Congreso de los Diputados, pero también en la Facultad de Derecho de Granada, donde esta semana la exdiputada y excandidata a la presidencia de Andalucía por Vox, Macarena Olona, ha dado el salto del ángel por encima de los manifestantes que querían impedir que participara en una charla sobre feminismo. No sé si por eso vestía de verde militar, pero se trataba de dar un espectáculo que ha terminado en bochorno, con ella en el hospital, denunciando lesiones y tocamientos, y con dos manifestantes en el juzgado. “Abajo represión”, gritaban los compañeros en la puerta. ¿Qué represión? En teoría se puede discutir sobre cualquier cosa, pero se han normalizado los escraches en los extremos tanto de la izquierda como de la derecha. Es otra forma de violencia, a la que sin duda contribuye el vodevil permanente que se interpreta en el Parlamento. Sin embargo, se hurta el debate sobre las cuestiones más importantes. Por ejemplo: sobre cómo y por qué, en este contexto bélico, se va a rearmar España. Son decisiones que no puede tomar sólo el Gobierno.

IDEAL (La Cerradura), 23/03/2025

lunes, 17 de marzo de 2025

Necesidades

La mujer barre concienzudamente la zona alrededor del árbol. Se esfuerza en que quede limpia del barro que ha formado la lluvia con la tierra de la base. Al principio, no entiendo por qué. Se trata de un árbol situado en la esquina entre la calle Gran Vía y la cuesta del Hospicio, en la plaza del Triunfo. Sólo al acercarme me doy cuenta de que tiene sus pertenencias al pie del árbol, una maleta y algunas bolsas de plástico y que hay comida y otros objetos colgados de las ramas. La mujer ha plantado su casa en el árbol o ha encontrado un refugio temporal bajo el árbol allí plantado. Justo al lado hay una fuente de agua potable, lo que supone indudablemente una ventaja. La mujer, de unos cincuenta años, parece estar embarazada. ¿La protegerán las ramas por la noche del frío y el agua? ¿Le servirá de algo vivir al lado de la Subdelegación de Gobierno de Granada? Nuestros países tienen que pensar ahora en defenderse de sus enemigos, no tanto en políticas sociales. ¿Estará preocupada esta mujer por el futuro de la guerra de Ucrania? ¿La habrán dejado pasar la noche allí? Creo que a la mujer hoy sólo le preocupa mantener limpia esa parte del dominio público, aunque lo necesite para uso privado. ¿Querrá el Ayuntamiento cobrarle una tasa por ocupación? Todo eso lo pienso mientras cruzo la Gran Vía y paso de largo, como hacemos todos los viandantes, demasiado atareados. La mayoría ni siquiera mira a la mujer con curiosidad, aunque se trate de una imagen insólita. Los mendigos son habitantes silenciosos, casi siempre de paso en busca de un rincón más cálido, un soportal o un cajero, algunos dan un paso más y se construyen una chabola en algún solar, como había hecho el hombre desalojado por la Policía Local esta semana del antiguo Cuartel de Automovilismo. Mientras tanto, en el Ayuntamiento se discutía en el pleno sobre las investigaciones del amaño de oposiciones en el cuerpo. Y, como es costumbre, nadie asumió la responsabilidad. El PP y el PSOE, bajo cuyos mandatos se dirigió la organización como si se tratase de la familia Corleone, se dedicaron a escenificar una discusión de patio de colegio. “¡Y tú más!” Nuestros ediles no sienten la necesidad de justificar su actuación, y les basta una mayoría para pasar página. Y me acuerdo de la mujer barriendo la parcela del árbol, de dominio público. Lo mismo haría un buen papel limpiando también a conciencia el Ayuntamiento.

IDEAL (La Cerradura), 16/03/2025

lunes, 10 de marzo de 2025

Rojos y azules

La imagen de una estatua de Donald Trump como un nuevo becerro de oro simboliza el nuevo orden mundial que quieren imponernos, de extremos políticos, económicos y religiosos, y donde sólo son válidas las ideas de un grupo de iluminados. Todo lo contrario que una democracia, que parte del reconocimiento de no tener razón, porque la convivencia exige que nos pongamos de acuerdo con quienes defienden otras razones. Pero hemos perdido esta perspectiva, y los líderes que pretenden tener siempre razón sólo debilitan la democracia. En ese contexto, puestos a elegir, el votante se decanta por el más extremista, que a fin de cuentas nunca ha ocultado su cabezonería. Si prima el interés público y no el interés del partido, hay que llegar a acuerdos. A nivel estatal y a nivel local. En un contexto bélico y con una UE que llama a la unidad para sobrevivir, los grandes partidos políticos españoles no pueden estar enfrentados. Hay que trabajar en una misma política en defensa, en las relaciones internacionales, en la financiación autonómica, en el modelo de Estado. Los partidos no pueden actuar como si vivieran en países o ciudades diferentes. Si se aprueba una zona de bajas emisiones en Granada, por ejemplo, ¿no tendrán que ponerse de acuerdo todos los municipios del área metropolitana? Sin embargo, si uno se fija en los ayuntamientos que están a favor o se han opuesto, aparece un mapa de azules y rojos. ¿Nuestros ediles toman las decisiones según les dicta el partido? ¿Para qué necesitamos entonces corporaciones locales? Nos bastaría seguir con la cadena del ordeno y mando. Y para eso son más competentes los gestores y funcionarios. El pacifismo empieza en lo cotidiano, en la familia, en la empresa, en el ayuntamiento, en el Congreso de los Diputados. No harás política internacional si no eres capaz de negociar en la nacional o la local. Pero nuestros partidos están más preocupados por ridiculizar al contrario en las redes sociales. Como adolescentes, los equipos de marketing se dedican a producir vídeos penosos con inteligencia artificial. Esta semana ha sido el PP el que ha publicado un vídeo titulado “La isla de las corrupciones”, para denunciar supuestamente al Gobierno, en la misma semana en que se ha revelado el mayor pelotazo inmobiliario de la trama Gürtel. ¿Así van a atraer el voto de los jóvenes? Al parecer, en España también nos sobran los becerros. Entre tantos bulos, manipulaciones y mentiras, alguien debería preocuparse por la verdad. Una verdad compartida.

IDEAL (La Cerradura), 9/03/2025

lunes, 3 de marzo de 2025

Machotes

Desde que Donal Trump ganó las elecciones en USA y personajes como Elon Musk y Steve Bannon hacen el saludo fascista (que nunca ha sido romano), han vuelto los machotes. Siempre han estado ahí, pero ahora se quitan la máscara democrática. En las casas, en las empresas, en los bares, en la policía, en los ayuntamientos. “¿Quién manda ahora?”, parecen decir. “Si Trump hace lo que le da la gana en el mundo, yo puedo hacer también lo que quiera aquí”, que es cualquier sitio. Frente a tanto gallo dispuesto a enarbolar la motosierra, no ayuda la cultura del enfrentamiento fomentada por ciertos sectores de la derecha y la izquierda y del propio Gobierno de España, que traza líneas rojas y no parece tener en cuenta a los millones de ciudadanos que no le votaron en las últimas elecciones. Pedro Sánchez ha acusado a Alberto Núñez Feijóo de ser un “colaboracionista” de la extrema derecha mundial, a lo que el PP ha contestado que el presidente del Gobierno está vendido a Rusia. ¿Dónde está el sentido común? Así no vamos a ninguna parte. Sólo lograremos que aumenten las simpatías por la extrema derecha y dar crédito a ese discurso tan arraigado en parte de la población de que “sólo ellos se preocupan por los problemas de la gente”. Ya lo estamos viendo en Alemania, donde muchos votantes prefieren ser amnésicos y cometer viejos errores, los mismos que están cometiendo algunos países, empeñados en volver a 1938, la antesala de la Segunda Guerra Mundial. Es lo que solemos hacer en España, reviviendo conflictos más domésticos, pero igualmente sangrientos. Frente a esa actitud, hay que poner en valor la cultura del pacto, la colaboración institucional y entre los gobiernos locales, autonómicos y estatal. El Ayuntamiento de Granada no puede funcionar como un cortijo, donde según gobierne el PP o el PSOE se nombre a un jefe de la policía local u otro, lo que fomenta el enfrentamiento entre las facciones del cuerpo, el nepotismo y el amaño de oposiciones, como se ha revelado estos días. El enfrentamiento político llevado también a una organización que tiene encomendada la defensa y protección de los derechos y las libertades fundamentales de los ciudadanos, y que debería estar dirigida por una persona independiente, sin ninguna afinidad política o personal. En la calle se dice que la corrupción y el clientelismo han existido siempre, pero es fácil pasar de la resignación a la rabia y convertirte en un machote, ese miembro del sexo insignificante, al decir de Ambrose Bierce.

IDEAL (La Cerradura), 2/03/2025

lunes, 24 de febrero de 2025

Ciudades culturales y sostenibles

Con relación al cambio climático, solemos movernos entre la realidad y la impotencia. Como hay gobiernos que niegan la mayor porque no están dispuestos a cambiar su modelo energético, hay ciudadanos que optan por la resignación, pues creen que no pueden hacer nada para remediarlo, o piensan que es algo que trasciende ya su vida, una tarea que corresponderá o afectará a sus hijos en un mundo que ellos ya no conocerán. Es triste este pensamiento, una herencia nefasta, muy relacionada con el “carpe diem” en el que está instalada buena parte de esta sociedad. Lo mismo pasa con la educación y la cultura, que parecen formar parte del pasado, pues no existen si no pueden cuantificarse con una estadística o un algoritmo, si el resultado no logra un titular, una fotografía y una alerta en las pantallas donde están abducidos nuestros jóvenes, aunque se encuentren en una clase de la universidad. ¿Podemos vivir en ciudades y viviendas ecosostenibles? ¿Sería posible hacerlo en Granada o Málaga, por ejemplo, donde la vivienda es inasequible para la mayoría de la población porque se ha apostado descaradamente por el turismo? Tampoco el desarrollo de la cultura por parte de nuestras instituciones se basa en la inversión en el producto o la industria local, sino en la importación de marcas de museos reconocidas internacionalmente o en la compraventa de eventos como los Goya, que para un fin de semana están muy bien, pero no para apoyar a las empresas culturales locales. A la gente le gusta ver a sus actores y actrices favoritos desfilando por la alfombra roja del Palacio de Congresos de Granada o por el Festival de Málaga, como a las cadenas hoteleras ver completa la lista de reservas y a los restaurantes cómo los famosos se meten hasta en la cocina. Beneficios para hoy, réditos en las redes sociales de una marca que es la ciudad, que se consume en la efervescencia. Granada, Málaga, Sevilla y Córdoba, mundialmente conocidas por su patrimonio cultural e histórico, están entre las diez ciudades europeas más contaminadas por dióxido de carbono, debido al tráfico motorizado. ¿Es posible establecer zonas de bajas emisiones, como exige la normativa europea, sin cambiar el modelo de ciudad? Yo me imagino una Granada que recupera la Vega y a las instituciones apoyando, consolidando e internacionalizando las empresas y las iniciativas culturales granadinas. Hay que pasar de lo general a lo particular, sí, pero también de lo particular a lo universal. Es otra forma de sostenibilidad, aunque no forme parte del espectáculo.

IDEAL (La Cerradura), 23/02/2025

lunes, 17 de febrero de 2025

X

A la vista de las fotografías que ocupan los medios, quien gobierna la Casa Blanca no es Donald Trump ni Elon Musk, sino X, el niño (iba a decir pobre) al que le ha tocado ser el hijo de un magnate de las redes sociales. Al parecer, el factótum de Trump no tiene mucha imaginación para la onomástica, y ha preferido que su hijo tenga nombre de robot, de algoritmo o el de nadie. Podría ser una metáfora sobre el ciudadano del futuro, gobernado por máquinas o por seres humanos descerebrados, algo semejante. El caso es que X (abreviatura de X Æ A-Xii), con abrigo, camisa y jersey, vestía más elegantemente que su padre, que no se había quitado la gorra en el Despacho Oval. Y quizá fuera también preferible que él tomase las decisiones, aunque sólo tenga cuatro años. De hecho, Trump ha declarado que X es “un individuo con alto coeficiente intelectual”. Cuánta humanidad revelan estas palabras. Tanta como comprar Groenlandia, anexionar Canadá a Estados Unidos, hacer un resort en la franja de Gaza, acabar con la inmigración y los programas que perseguían la diversidad, la equidad y la inclusión, o conseguir la paz en Ucrania contentando al invasor, que es Rusia. Con estos amigos para qué queremos enemigos, piensan los países europeos que forman parte de la OTAN, pero a los que no se les ha consultado sobre el fin de la contienda. En la fotografía, Trump parece prestarle más atención a X que a Musk, que estaba hablando sobre desmantelar en USA la burocracia, que confunde con democracia, y ya tiene acceso a las bases de datos de las agencias gubernamentales y al sistema de pagos del Tesoro norteamericano. En España, mientras tanto, no somos muy conscientes de la que se avecina y, aunque alertamos ya electoralmente de los peligros de Trump, nos dedicamos a discutir sobre la tributación del salario mínimo. Todos los ciudadanos deberían presentar la declaración del IRPF, lo que no tiene nada que ver con tributar más o menos, que para eso están el mínimo personal y familiar, las cuotas y las deducciones estatales y autonómicas (por cierto). ¿Nuestra clase política va a hacer frente a Donald Trump? ¿Vamos a votar a un partido español u otro por eso? No estoy seguro de que fueran capaces ni de educar a X, teniendo en cuenta la poca pedagogía que practican. ¿Sabrá Elon Musk que, en el Evangelio, X (Cristo) es la letra más sagrada? Mejor creer en un símbolo que en una incógnita.

IDEAL (La Cerradura), 16/02/2025

lunes, 10 de febrero de 2025

Trabajo y circo

Mientras se discute la reducción de la semana laboral, 242.000 personas se han quedado sin trabajo en España durante el mes de enero, 3.855 sólo en Granada, según informaba Mercedes Navarrete en IDEAL. Sin embargo, nunca ha habido tantos afiliados a la Seguridad Social, y como siempre hay quien ve el vaso medio lleno y quien lo ve medio vacío. También hay quien directamente se lo ha bebido. Los empresarios destacan que es la mayor destrucción de empleo en los últimos 16 años, y que en Granada a las empresas cada vez les resulta más difícil mantener sus plantillas o contratar a trabajadores por medidas como la subida del Salario Mínimo Interprofesional, la reducción de jornada o las nuevas subidas de las cotizaciones, que son, sin embargo, aplaudidas por los sindicatos, que demandan mejorar la calidad del empleo y los servicios públicos para procurarlo. En Granada, que depende de la agricultura, el comercio y la hostelería, gran parte del empleo es estacional, y por tanto, inestable. Finalizadas las campañas agrícolas y navideñas, muchos trabajadores con contratos temporales se van a la calle. ¿Se puede cambiar el modelo productivo? Con esta realidad, parece una quimera hablar de una economía basada en la inteligencia artificial o en la actividad cultural, buques insignia de una ciudad que anda sin embargo en la miseria, a pesar del relumbrón de los premios Goya. Con 3,3 millones de euros se pueden financiar muchos servicios sociales. “No sus preocupéis, que no pasa nada. Que son los premios Goya. Y vamos a ver a Richard Gere, y a Bardem y la Penélope, y van a cantar los Morente. Y vamos a estar muy agustico y salimos por la tele”, decía un lector en la edición digital del periódico. Quizá haya que prestar atención a los comentarios de las noticias y no sólo a los titulares que nos ofrece la alfombra roja. Esta semana también se ha rodado en el mirador de San Nicolás un episodio de la serie “The Walking Dead”, por lo que hemos podido ver por el Albaicín a los muertos vivientes, además de los habituales muertos de hambre, que piden limosnas a los turistas. Vaya, me ha salido la malafollá granaína. Con la alegría que da presumir de ciudad en las pantallas nacionales y de todo el mundo. Y es que el trabajo puede ser una bendición o una maldición, y sólo le preocupa a quien no lo tiene. A falta de pan, demos al pueblo el circo. Así cayó el Imperio Romano, que asoma bajo las calles de Granada.

IDEAL (La Cerradura), 9/02/2025

lunes, 3 de febrero de 2025

Cambiar las cosas

Aparte de la iniciativa y la voluntad admirables del director, Quico Chirino, la campaña de IDEAL para conseguir un AVE directo a Granada demuestra el poder que tiene la ciudadanía para cambiar las cosas. Nuestra clase política, centrada en el cultivo mediático de la imagen y la fama, es muy sensible a las iniciativas de los votantes, que por esa misma razón sólo necesitan un motivo concreto para alzar la voz y cambiar la realidad. No quiero dar ideas, pero una podría ser la obligatoriedad de que los partidos políticos concurran a las elecciones con listas abiertas. O acabar con el solapamiento en la prestación de servicios públicos de una, dos, tres, cuatro y cinco administraciones; con los cargos de libre designación; con alguno de los dieciocho parlamentos existentes más las asambleas de las ciudades autónomas; con las comisiones, sobornos y el clientelismo político. Quizá también con los políticos profesionales, a los que habría que exigir experiencia laboral y un trabajo fuera de la administración; con la disciplina de partido, que convierte el Congreso de los Diputados en una institución inútil; con la opacidad en la actuación de los partidos y los retiros dorados de los expresidentes del Gobierno, que después de dejar el cargo no deberían cobrar ningún sueldo del Estado; con la okupación de bienes inmuebles y de instituciones como la Fiscalía General del Estado, el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas, RTVE o el CIS, y con los decretos-leyes, previstos para casos de extraordinaria y urgente necesidad, pero sin los que al parecer no sabe hacer política el Gobierno. Se podría cambiar el régimen electoral general para que no beneficie a los dos grandes partidos ni a los nacionalismos periféricos, que tanto influyen en el gobierno central; devolver al Estado las competencias en educación para que todos los jóvenes tengan más o menos la misma idea de España, además del conocimiento exhaustivo del cantón, el reino o la nacionalidad propios; y también las de Sanidad, para que las comunidades autónomas no privaticen ni externalicen los servicios sanitarios y sociales. Y lo mismo podríamos plantearnos la necesidad o no de que en cada ciudad y provincia haya tantos concejales, alcaldes, diputados, presidentes, delegados y subdelegados por cada nivel de gobierno, que no caben todos juntos en las fotos de los actos públicos, cuando se ponen de acuerdo. Y seguir luchando por el AVE directo, claro. Como cantaría Miguel Ríos, “vuelvo a Granada,/ vuelvo a mi hogar./ El tren va muy despacio,/ hay mucho tiempo para llegar”.

IDEAL (La Cerradura), 2/02/2025

lunes, 27 de enero de 2025

Estado de derecho

Resulta sorprendente que una misma persona pueda rasgarse las vestiduras porque Donald Trump perdone a quienes asaltaron el Capitolio y no porque Pedro Sánchez y el Gobierno de España promuevan una amnistía para quienes fueron condenados por la justicia a causa del proceso soberanista de Cataluña. Al negar la aplicación de la ley vigente y la actuación judicial, en los dos casos se debilita el Estado de derecho. Pero parece que es la ideología de derechas o de izquierdas la que legitima una posición al respecto. En el simplismo dominante, si eres de izquierdas no puedes criticar al Gobierno español, y si eres de derechas estarás encantado con la vuelta al poder de Trump. Pero se critican las conductas, no las ideologías ni a las personas. Es precisamente esa mentalidad de opuestos la que nos llevó a vivir la Guerra Civil y la dictadura en España y ha traído una dictadura encubierta en USA y tal vez un conflicto con España, ya que dadas las nociones de geografía de Trump, que nos ha confundido con Sudáfrica y acusado de pertenencia al BRICS, puede que nos imponga unos aranceles del 100%. Conmigo o contra mí. Pues no. La gracia del Estado democrático es poder pensar por ti mismo y obrar en consecuencia, sin tener que reírle necesariamente la gracia al líder carismático. En la sociedad actual se trabajan mucho la imagen personal y las relaciones sociales, pero muy poco las razones profundas de las cosas. Perfiles, instituciones y cargos parecen existir para el autobombo, pero bajo la superficie hay un erial que han sembrado los oligarcas de las nuevas tecnologías. Ellos han contribuido a que nos convirtamos en replicantes con una memoria reimplantada, voluble y maleable. Los que llegan al poder dicen siempre que es por la libertad, pero cuando una persona ejerce la libertad suele estar quitándosela a otra. Dicho de un gobierno, implica imponer su voluntad a millones de personas, que si creen en el sistema acatarán esa voluntad. En USA, sin embargo, Trump se ha saltado el sistema y ha vuelto al poder con el voto de millones de ciudadanos que creen más en el presidente que en la democracia. El caudillismo se apodera de los líderes a un lado y otro del Atlántico. En España, las reformas legales anunciadas que afectan a ámbitos tan sensibles como la prensa y el poder judicial (ay, la separación de poderes) huelen a chamusquina. Hay que darle la voz al pueblo, que también tiene derecho a equivocarse.

IDEAL (La Cerradura), 26/01/2025

lunes, 20 de enero de 2025

Viejóvenes

Si uno se da un paseo por las zonas de copas de Granada y otras ciudades españolas donde se disfruta en la calle del ocio, da la sensación de que no pasa el tiempo. Las mismas personas que salían con quince o dieciséis años lo hacen ahora con cincuenta o cincuenta y cinco, y algunas tienen el grupo de amigos de siempre, incluso la pareja de entonces, que no ha cambiado mucho en varias décadas. Mientras nuestros jóvenes son más adictos a la tecnología que a los viejos vicios, los mayores siguen acudiendo al alcohol, el sexo y el rock and roll, llenando los mismos garitos, que quizá sean un poco más caros, y pidiendo que les pongan las canciones de entonces. “¿Qué vamos a hacer con el abuelo?”, se preguntan los nietos, que no tienen una vida social tan intensa. Por lo visto, a los nuevos jubilados les gustan los encuentros casuales y el sexo sin preservativo, y en lo único que coinciden con los jóvenes es en el uso de las aplicaciones de citas. Las administraciones de los países occidentales también se preguntan qué hacer con tanto viejoven que llega a los hospitales con enfermedades de transmisión sexual. Porque no hay nada mejor que jubilarse y dedicarse a la parranda, aunque algunos no estén para tanto trote. Mientras el Gobierno quiere reformar el mercado inmobiliario para facilitar el acceso de los jóvenes a la vivienda, las inmobiliarias planean residencias doradas para la tercera edad. ¿Quién quiere una casa en propiedad cuando puedes vivir en un hotel con tu pareja en la habitación de al lado? Que los nietos se vayan olvidando de las herencias. En las redes abundan las dietas y los productos milagrosos, los ejemplos de millonarios de ochenta años que aparentan cincuenta, los de cincuenta que aparentan treinta, y se mezclan con los anuncios de nuevos robots de compañía, gigolós y meretrices cibernéticos. No nos queremos morir, sino prolongar eternamente la adolescencia. Me canso sólo de pensarlo. ¿Repetiremos todas las estupideces que hacíamos entonces? Era el consejo que daba el cínico de Lord Henry para recuperar la juventud en “El retrato de Dorian Gray”. Pero hoy las ironías resultan demasiado complejas, y nuestros maduritos quieren ser Iron Man. Menudo sufrimiento, casi tanto como hacer ayuno intermitente para lucir esas abdominales que nunca habías visto. Y cantan: “Yo soy un joven viejo/ que ya vivió mucho/ que ya sufrió todo/ que ya murió lejos”. Porque, quizá, como la Maga de Cortázar, nunca tuvieron quince años.

IDEAL (La Cerradura), 19/01/2025

lunes, 13 de enero de 2025

Cartas

Miles de andaluces esperan una carta que nunca llega y que mantiene suspendido el tiempo, aunque haya empezado un nuevo año cargado de promesas. En las consultas médicas los pacientes son despachados con una frase que parece sacada de una novela negra: “Ya te llegará la carta del especialista”. Y uno se acuerda de la “black spot” de “La isla del Tesoro”, la mancha, la marca o la mota negra, según las traducciones, el estigma de los piratas traidores en la novela de Stevenson. Pero estos son ciudadanos pacíficos, que esperan la cita de Dermatología, Odontología, Oftalmología, Ginecología y Obstetricia o Tocología, Otorrinolaringología, Traumatología y Ortopedia o Urología, vete tú a saber. Y esa es la cuestión. Que nadie sabe cuándo van a llamarte, pueden pasar semanas, meses o años, si tienes que operarte te recomiendan que vayas rezándole a San Pedro para que te guarde un sitio en el paraíso, que en todos lados hay listas y tráfico de influencias reales o imaginarias, como bien saben los papas. ¿Necesitaremos una bula pontificia para que nos atiendan en la sanidad pública? ¿A eso se refieren cuando hablan de la privatización de los servicios públicos? Tal como van las cosas y a falta de legitimación democrática, quizá veamos cómo nuestros líderes vuelven a recurrir a la legitimación divina. Ya hay algunos que actúan como dictadores, y al mismo tiempo que celebran el aniversario de la muerte de Franco nombran a dedo a la candidata de turno, pues no creen en realidad en la voluntad de los afiliados del partido y de los votantes, sino en la gracia personal, prodigada quizá por el altísimo, y que no comparten con nadie. ¿Esperarán también una carta del especialista correspondiente? ¿Se pondrán en tratamiento antes de que la megalomanía congénita los lleve a usurpar o atentar contra las instituciones para mantenerse en el poder? Esto, que antes parecía cosa de Venezuela y otros países de América Latina, se ha convertido en una costumbre en USA, la otrora democracia más sólida, y también en España, si uno hace caso a algunos periodistas que han empezado el año igual que lo terminaron, y eso que habían avisado varias veces del fin del mundo. Entre tanta incertidumbre, el único hito inmutable es la espera de la comunicación del especialista, que algún día llegará. No desesperemos. Con el nuevo año la Junta de Andalucía ha anunciado una inversión récord en sanidad. Concretamente, 15.247 millones de euros. ¿Nos los jugamos a una carta? Barajemos de nuevo. Quien pierde, paga.

IDEAL (La Cerradura), 12/01/2025